domingo, 27 de septiembre de 2009
Viernes 3 am
La fiebre de un sábado azul y un domingo sin tristezas. Esquivas a tu corazón y destrozas tu cabeza,
y en tu voz, sólo un pálido adios y el reloj en tu puño marcó las tres. El sueño de un sol y de un mar y una vida peligrosa
cambiando lo amargo por miel y la gris ciudad por rosas
te hace bien, tanto como hace mal te hace odiar, tanto como querer y más.
Cambiaste de tiempo y de amor y de música y de ideas Cambiaste de sexo y de Dios de color y de fronteras
pero en sí, nada más cambiarás y un sensual abandono vendrá y el fin.
Y llevas el caño a tu sien apretando bien las muelas y cierras los ojos y ves todo el mar en primavera bang, bang, bang hojas muertas que caen, siempre igual, los que no pueden más se van.
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