martes, 31 de agosto de 2010


Todos estos años en Francia han formado un cascarita en su herida, pero desde que está en Buenos Aires, el dolor esta expuesto, a la vista, ella puede palparlo, olerlo, sentirlo revolverse en su cuerpo. Es un dolor que no la deja en paz, que le pide acción, venganza y reparación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario