Cierro los ojos, respiro y salto.
Salto lo mas alto posible, quiero sentir cada segundo de esa caída libre. Mi cuerpo se relaja y esos males que me aquejaban se van disminuyendo con el viento. La brisa golpea suavemente mi cara y me recuerda que estoy cayendo, no hay vuelta atrás, el piso esta cerca.
Crudito y bueno!
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