Nos dicen que recordemos la idea, no al hombre...porque los hombres fallan. Los pueden atrapar,los pueden matar y olvidar. Pero 400 años después, una idea
todavía puede cambiar el mundo.
Yo he visto el poder de las ideas. He visto a gente matar en su nombre...y morir defendiéndolas. Pero uno no puede besar una idea. No puede tocarla ni abrazarla. Las ideas no sangran, no sienten dolor. No aman.
Yo no extraño una idea sino a un hombre.
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